miércoles, 23 de febrero de 2011

Construcción de invernaderos


CONSTRUCCIÓN DE INVERNADEROS

INTRODUCCIÓN.-
         La construcción de un invernadero perfectamente
capacitado y equipado  abre  amplísimos  horizontes para la
economía de los horticultores, como resultado de la
 creciente demanda de tales  productos  fuera  de las
temporadas que en el exterior imponen los elementos.
         El ahorro que el invernadero significa para el
 horticultor es también muy considerable en numerosos
 aspectos, disminuyendo, por ejemplo, hasta el 50%  el
 agua requerida por algunos cultivos, y aumentando
considerablemente la producción.
         Dicho en síntesis, la gran diferencia entre el cultivo
al aire libre y en el invernadero es, simplemente, el control
 de la atmósfera, del medio ambiente que las plantas
 requieren para manifestarse en plenitud, con adecuadas
 labores hortícolas y una eficiente construcción del
 invernadero.
         Con el propósito de construir el invernadero, es
necesario considerar el espacio necesario para el
 desarrollo del cultivo, el cual se logra mediante el cálculo
 del suelo o del área destinada a la siembra, a fin de saber
 el número de plantas a las que se podrá dar acomodo. El
 cálculo consiste en la multiplicación del largo por el ancho
 del invernadero y descontado del resultado la medida de
 los espacios que habrán de ocupar las instalaciones
 interiores , el equipo y el campo de abatimiento de las
 puertas.

LOS DIVERSOS TIPOS DE INVERNADEROS.-
         Las  formas del invernadero pueden ser incontables,
 pero en realidad su objetivo de dar protección a las
 plantas contra condiciones climáticas adversas y mejorar
  los factores de su desarrollo es común a todos.

Las formas pueden ser múltiples túneles, a dos aguas,
 circulares, elevación semicircular, etc. En la actualidad
 la profusión de diseños es amplísima, algunos de los más
modernos incluyen paneles de plástico o de cristal curvado.

Invernadero en túnel
             Cualquiera que sea la forma del invernadero, la
elección debe ser hecha teniendo en cuenta cuatro
factores esenciales:
         1º) Accesibilidad.

        2º) Cualidades transmisores de la luz.

         3º) Estabilidad.

         4º) Durabilidad.

         La mayor captación de luz solar se consigue con el
 invernadero dispuesto en forma de túnel, lo cual, aunado a
la económica sencillez de su estructura, lo ha hecho el más
 apreciado para los principiantes y los que buscan
aislamiento y rendimiento térmico.

MATERIALES DE RECUBRIMIENTO
         El vidrio es el material que se hizo clásico en el
 concepto de invernadero. Ciertamente, durante mucho
tiempo fue el único material  aceptable. Aunque con la
 llegada del plástico  ha planteado alternativas que
 permiten unas  grandes ventajas.
         El número de invernaderos cubiertos de material
 plástico es ya importante, así, el sector hortícola no solo
 recubre sus invernaderos con plásticos, sino que amplía
 con entusiasmo su uso y lo utiliza para la rápida formación
 de semilleros, túneles bajos, abrigos, sacos para cultivar
 en turba o para otras mil aplicaciones.
         Por tanto, el plástico abarca exitosamente desde la
 manifestación más elemental de la técnica para el forzado
 y protección de cultivos, como sería el acolchado, hasta el
 gran invernadero dotado para la producción hortícola, que
 lo mismo recubre sus enormes estructuras de polietileno
 que manufactura sus campanas con PVC termoconformado.

         Los más significativos plásticos, flexibles o rígidos,
 son, primero el polietileno, que después de un cuarto de
siglo sigue siendo muy apreciado por sus virtudes de
 resistencia al paso del tiempo y su elasticidad,
 especialmente en invernaderos artesanos, invernaderos
 túnel y, en general, los de estructura ligera.
         Las resinas de poliéster ofrecen una notable
 resistencia al envejecimiento, a la lluvia, al granizo y al
 viento, a la vez que un peso muy inferior al del vidrio. Sin
 embargo, la mejor de sus características pudiera hallarse
en su potencia difusora de la luz, con lo cual llega a
hacerse innecesario buscar mayor reflexión con el
 encalado veraniego. Esta difusión se opera en todas
 direcciones, con lo que también se evita el riesgo de que
 las plantas sufran quemaduras.
         El polimetacrilato es la más destacada de las resinas
 metacrílicas y posee una muy satisfactoria resistencia al
 paso del tiempo y una transparencia excelente. No
 obstante, se le reprocha su dureza, porque le hace muy
 susceptible a ralladuras, lo que disminuye sus
 posibilidades en la difusión de la luz. A diferencia del
 anterior, se le busca por su rigidez sustitutiva del cristal.
         El cloruro de polivinilo se emplea también en hojas o
 planchas rígidas, que tienen una duración de uno a tres
años. Su precio es bajo, el PVC, es muy resistente a la
 acidificación y tiene el efecto de que en un invernadero
 calentado únicamente por el sol las temperaturas se
 mantienen más elevadas, ya que su efecto invernadero  es
 mayor que el del polietileno, aunque su permeabilidad al
 vapor de agua sea más considerable. Su transparencia es
garantía de beneficio para los cultivos debido al excelente
 aprovechamiento de la luz solar.
         En síntesis, solo las necesidades específicas del
 agricultor deberán pesar en la elección entre PVC o polietileno, lo mismo para invernaderos, que para túneles.
BIBLIOGRAFÍA:
Joaquín Robles, 1999. Cómo se cultiva en invernadero. Editorial de Vecchi. Pág. 187.

Imágenes: isftic

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